Aún recuerdan
A día de hoy quedan pocos, y cada vez son menos. Pero aún recuerdan. Como fue que la playa, el viento, la sangre y la muerte estuvieron encarnizados con ellos en ese día. Surcaron peñascos y la arena traicionera hacia un destino que no se escribió, pero que ellos decidieron tomarlo. Cargaron a sus espaldas una responsabilidad colectiva compartida por tantos otros. Incontables fueron en la memoria. Nadaron contra las olas del canal de la mancha tragando sal y la sangre de sus compañeros. Esquivaron la mismísima muerte para llegar a la tierra y a día de hoy aún recuerdan. Las caras de pavor, el miedo en forma corpórea que los atormentaba en ese minúsculo pedazo de la tierra. A miles de kilómetros de casa. Lejos de la vida codeándose con la suerte, de hacer un paso más y lograr llegar, vencer por fin; o morir en la siguiente huella que les dejó la arena. Siempre llegamos tarde para honrar a los muertos. Y la memoria es lo único que inmortaliza sus actos. Aún a día de hoy, los recordamos